El buen juego e intensidad del Espanyol no fue suficiente para romper el también buen juego de un Igualada con un gran equipo.
El conjunto perico sigue con las buenas maneras mostradas en las últimas jornadas, pero poco pudo hacer frente a la juventud y el ritmo impuesto por el anfitrión, que tuvo el partido controlado desde el principio.
La intensidad y convicción del Espanyol, que no bajó los brazos en ningún momento, no bastaron para evitar una derrota por 6 a 2.
Nos quedamos con la actitud y el buen hacer que hemos podido ver en la pista. Aunque falta aún recuperar el acierto en la ejecución de faltas directas.
