Podríamos decir que no pudo ser, pero es más adecuado decir que no dejaron que fuese.
El Espanyol salió con fuerza, mucha convicción y buen juego, poniendo al anfitrión contra las cuerdas; llegando a estar por delante del Lloret buena parte del partido.
Pero el conjunto arbitral anuló dos goles, uno de ellos muy dudoso, y no se atrevió, o no quiso, pitar la décima falta a un CH Lloret que estuvo los 15 minutos finales mirando la hora.
Y oportunidades las tuvieron, al menos cinco, tantas como faltas se cometieron y no se pitaron.
Miren la grabación del partido y juzguen; aunque posiblemente alguien más se lo tendría que mirar y evaluar.
Quedan 5 partidos difíciles para salvar la categoría pero sabemos que, en justicia, este equipo puede hacerlo.
